En las cartas epistolares vemos que el sólo término "anciano" denota una dignidad especial y superior dentro de la iglesia, los ancianos están absolutamente relacionados con los apóstoles en el gobierno de la iglesia (Hechos 15 y 16). Es evidente que este rol del anciano en la iglesia cristiana esta íntimamente ligado con el alto rango que se le asignaba entre el pueblo judío. Su función en la iglesia es la que desempeña hoy en día el pastor en nuestras congregaciones, ellos debían enseñar, disciplinar, guiar y ministrar (Tito 1); "Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. Igualmente jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque; Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes" (I de Pedro 5:1-5) "Esta alguno enfermo? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor" (Santiago 5:14). "Las ancianas asimismo sean reverentes a su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a que sean prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada"(Tito 2; 3-5) Vemos a través de estas cartas como se dignifica y se privilegia el trabajo de los ancianos y ancianas dentro de la iglesia, como ejemplo a seguir por los demás miembros, como voz autorizada y líderes conforme a la Santa Iglesia de Jesucristo.
Hoy en día vemos menoscabado el rol del anciano en nuestra sociedad, vemos ancianitos abandonados, entumecidos, hambrientos, algunos alcohólicos que duermen a la intemperie, porque hemos olvidado honrar a nuestros padres y madres como el Señor nos ordena, hay muchos que viven con sus familias pero se los maltrata y se los tiene para que cumplan el rol de empleados de los hijos a cargo del mantenimiento del hogar ¿Es esto lo que Dios desea para ellos? "Bendice alma mía a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades. El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que rejuvenezcas como el águila" (Salmos 103: 2-5). Hemos visto como a través de toda la palabra, Dios ha privilegiado la condición de ancianos, les ha honrado sobremanera y les ha encomendado la dirección de su iglesia. Muchas veces he escuchado de ancianos anhelar la muerte como la salida a todas sus tribulaciones, muchos recuerdan con añoranza los años de juventud, dónde fueron valorados a causa de sus fuerzas, de su trabajo, de su situación económica, de su belleza, etc., ¿Por qué? Simplemente porque hoy para el mundo envejecer es un estorbo, porque para el mundo envejecer es antiestético, porque para el mundo envejecer es un mal del que hay que huir prontamente! Y para el pueblo de Dios que es envejecer? Para el pueblo de Dios envejecer es la coronación de la sabiduría y de la honra en tu vida, es cumplir la palabra dada por Jehová a través de Joel "Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñaran sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré de mi Espíritu en aquellos días. Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; Porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado" (Joel 2: 28-32) ¡Aleluya! Dios no hace distinción de hombre, mujer, niño, joven, anciano, sino derramará su Espíritu sobre toda carne! ¿Depende de los mismo ancianos cambiar su situación y adquirir protagonismo dentro de la Iglesia del Señor?! No, ese papel debemos asumirlo nosotros los que aun no llegamos a esa etapa de la vida, pero que tarde o temprano lo haremos, si Cristo no viene antes por nosotros! Debemos cuidar y amar a quienes nos han dado la vida, a quienes nos han educado, protegido, guiado por años con amor y abnegación, debemos nosotros reivindicarles y darle el lugar honroso que les corresponde! Hubo una mujer que sabía perfectamente a que se refería esto último: Rut.
Rut una mujer moabita que supo dar honra y amor a una mujer anciana que no era su madre carnal, sino su suegra Noemí. Noemí quedó viuda y sus dos hijos murieron sin dejar descendencia, ella que vivía en tierra extranjera decidió volver a casa y despedir a sus dos nueras a fin que pudieran rehacer sus vidas, en este escenario nos encontramos con una valiente, resuelta y noble Rut que hace un pacto lleno de amor y entrega desinteresada "Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Dónde tu murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aún me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos" (Rut 1:16-17) ¿Qué habrá sentido esa anciana al escuchar esas palabras? Qué noble corazón en esa moabita y cuanto amor en ella!!! Por cierto, Rut no fue avergonzada al tomar esta decisión, ya que Dios las acogió, las bendijo y las prosperó sobre manera! Esta mujer no sólo acompañó a esta anciana sino que más aún se guió por sus consejos sabios en todo momento y vio la mano de Dios a favor suyo! Rut se casó nuevamente con un varón justo y bueno: Booz, y Dios les concedió un hijo que fue como un bálsamo para el alma de Noemí! (Rut 4:15), que hermoso ejemplo de esta mujer Rut! ¡Bienaventuradas sean hoy todas aquellas Rut modernas que abren su corazón a aquellas ancianas que no las han parido, pero que han parido al que es carne de su carne y sangre de su sangre! Oh, que maravillosas dádivas tiene nuestro padre reservadas para ellas! Y cuantas otras y otros que desinteresadamente atienden abuelitos que ya nadie quiere, qué están al final de sus días, cuyos familiares prefieren dejarlos al cuidado de manos ajenas, porque la premura de los tiempos no permite cuidarlos personalmente! Cuanta bendición hay reservada para aquellos: "Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos" Isaías 33:17.
¿Y cómo se logra cambiar la mentalidad ruin de aquel que se mantiene indiferente ante un anciano y más aún le maltrata deliberadamente? Predicándole el Evangelio de la Salvación! Aleluya! No hay otra forma! "El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor" (1 Juan 4:8).
"Otra vez determina el día: Hoy diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo:
Si oyereis hoy su voz,
No endurezcáis vuestros corazones"
Hebreos 4:7
Fuente
http://www.recursosevangelicos.com
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