Vejez y productividad

Cuando la Palabra de Dios habla de ley y mandamientos, se refiere a todas las instrucciones divinas, las cuales debemos incorporar a nuestro estilo de vida, sujetándonos a ellas con sinceridad. como resultado habrá largura de vida o sea  muchos años de vida y de paz, una persona integra a tono con las expectativas de lo que Dios considera bueno para nosotros, podrá disfrutar las bendiciones que nos tiene, entre estas están la longevidad y la paz que incluye la prosperidad, el salmo 91.16 demuestra que Dios esta en el control respondiendo al llamado del justo, con bendiciones a sus fieles.

La Biblia considera la vejez como largura de vida y de paz otorgada por el creador, y exhorta a las generaciones jóvenes diciéndoles oye a tu padre, a aquel que te engendró y cuando tu madre envejeciere no la menosprecies. En resumen la ancianidad es una bendición de Dios proverbios 23.22.

El anciano teme ser marginado a causa de la vejez, y así sucede mayormente. No obstante la Biblia destaca la ancianidad como ejemplo de sabiduría e inteligencia Job 12.12 . un adulto mayor tiene un un cúmulo de experiencia que les ayuda a reflexionar sobre la vida, esa sabiduría  es bendición para los jóvenes quienes no han vivido aun el caudal de experiencia que ha dado sabiduría a los ancianos.

También es comparada en la palabra de Dios con el cedro y la palmera. A la palmera que se refiere es a la palmera datilera cuyo fruto es muy alimenticio. La palmera es símbolo de victoria y regocijo, de abundancia y longevidad debido a que vive hasta 200  años, el cedro posee exquisita belleza y simboliza fuerza, salmos 29.5, su madera dura y fina es muy apreciada.

La longevidad, vigor, fragancia y hermosura y la utilidad de ambos árboles representan en la Biblia, la fuerza, el carácter y destino de los ancianos.

La Biblia dice aun en la vejez fructificaran, estarán vigorosos y verdes salmos 9.14, independientemente de su edad o condición Dios puede renovar sus fuerzas y mantener como persona productiva y útil.


Fuente
el Alumno Pentecostés, tomo xx agosto 1997