
En la Biblia podemos leer unos versos de despedida del apóstol Pablo ante los ancianos de la iglesia, refiriéndose a la forma en que se comportó en medio de ellos todo el tiempo, sirviendo al Señor con humildad (si desea consúltelo en su Biblia en Hechos 20, verso 19).
La palabra humildad se refiere también a recibir con sumisión y confianza diversas circunstancias unidas a la pobreza, opresión, aflicción, y justicia. Así debemos ser ante la presencia de un anciano y nuestra convivencia a su lado, íntegros, humildes, piadosos y justos. Ciertamente muchas veces los ancianos por sus enfermedades y caracteres nos hacen verter muchas lágrimas pero si actuamos humildemente nos hacemos los desentendidos y damos a ellos la preferencia.
De igual forma deben actuar los ancianos hacia nosotros, Pablo en la Biblia resaltaba la función de ellos a quienes dirigía su discurso, diciéndoles que debían velar por la enseñanza adecuada de la doctrina cristiana además velar por la educacion correcta de quienes estaban bajo sus cuidados.
Segun el anciano se haya comportado en el hogar durante su juventud, de esa misma forma actuarán quienes fueron por ellos educados. Debieron guardar la ley divina para poder proceder mas adelante con integridad y rectitud, es un desafío que la vida presenta. Tanto en la juventud como en la ancianidad Dios debe ser una prioridad en nuestras vidas, para poder garantizar la seguridad física y espiritual en la etapa final de la existencia de todos, generando satisfacción y paz al tener la certeza que partirá con el deber cumplido.
Si usted no es íntegro no puede exigir a los demás que lo sean; debe ser ejemplo exhibiendo esta cualidad maravillosa. Vemos cuan grande es esta responsabilidad, ser responsable de su propia integridad y ser responsable de la integridad de la futura generación que al final serán nuestros hijos y nietos. Es una virtud que hay que aprender a cultivar y se reflejara en cada área de la vida de acuerdo responda a sus principios y valores, sobre todo a los principios de Dios. Hable sobre la integridad a sus niños para que sean abuelos íntegros. Trate al envejeciente con integridad total, honestidad, humildad y cuidado y Dios le gratificará.
autora: Raquel Demorizi L.
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