Porque al final de nuestros días entendemos que hemos perdido el tiempo invirtiendo energía y esfuerzo en cosas que cuando mas aferrados estamos, obligatoriamente y sin aviso tenemos que soltar.
Tratamos de vestir y tener todo cuanto vaya con el ultimo grito de la moda, dejamos la hiel por construir una casa, invertimos horas estudiando una o varias profesiones, sintiéndonos tan importantes que no nos gusta que un pordiosero, limpiabotas, barrendero ni nadie a quien consideremos inferior se nos pegue. nos aferramos a familia, al amigo, a todo y olvidamos que lo valioso es aferrarnos al área espiritual lo cual es realmente importante.
No olvidemos que al morir partiremos con nada en las manos y aquello por lo que tanto afanamos desconocemos a manos de quien irán ni cuanto tiempo duraran en derrocharlo.
Y si nada tenemos hemos también perdido el tiempo lamentándonos, quejándonos y hasta blasfemando por lo que no hemos conseguido lo cual si lo tuviéramos tampoco llevaremos a la tumba.
Familia y amigos nos acompañaran, despedirán y dejaran en el sepulcro y ahí quedaremos fríos y solos. Lloraran y nos extrañaran unos días pero poco después apenas nos recordaran. Como comprenderán por mas que los queramos o nos quieran no se enterraran con nosotros, aquí en la tierra permanecerán hasta que el Todopoderoso disponga.
¿Y el alma? esa si que es importante...
¿y que lugar le damos? no la cuidamos, la ignoramos, no la fortalecemos, no la hacemos brillar ni la preparamos para partir de esta tierra, no obstante es nuestra acompañante en el viaje. Por tanto obra de forma que siempre seas recordado por la blancura de tu alma y la forma de predicar con el ejemplo de tu vida.
autora: raquel demorizi
NOTA: SE PERMITE LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL , SIEMPRE Y CUANDO SE CITE LA FUENTE Y/O EL NOMBRE DE SU AUTORA
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