
Tiramos y cambiamos porque comprendemos que es momento de reorganizar el hogar, cosas y nosotros mismos. Una miradita atrás para despejar el pasado y lo viejo es difícil a veces pero es parte del proceso. Sabemos que estamos entrando en otro ciclo de vida, es realidad que deseamos evadir y con esos pensamientos, tiro y vuelvo a recoger nos mantenemos ocupados.
Pero lo que si esta a la vista es que no podemos seguir perdiendo el tiempo pues no hay mucho tiempo aunque nos parezca lo contrario. Nada de lo que hemos atesorado durante la existencia y a lo que estamos apegados no nos servirá. Estamos avanzando a otra dimensión, a otra etapa, a otro ciclo llamada vejez, no podemos paralizarnos en el ayer, aunque parezca que el hoy no tiene futuro, no tiene importancia, no tiene valor.
Avanza porque el pasado es pasado por muchos recuerdos y tesoros que quedaran atrás no volverás atrás. Avanza sin temor, con seguridad y optimismo pues no podrás dejar de saltar este paso. Tu adolescencia se fue, tu juventud se fue pero sigues siendo tú. No te angusties, no quedes extasiado meditando en el lance final, cuando llegue el momento si te relajas sucederá tranquilamente.
Todo ser humano tiene que moverse hacia adelante, permítete el cambio pues los cambios son buenos y necesarios. Conversa con tu corazón y pregúntale quien eres, a quien haz herido, hacia quien sientes dolor y amargura, quien te ha golpeado y a quien golpeaste, y entonces procura ordenar todo eso de tal forma que te perdones a ti mismo y busques la paz con todos, es la mejor organización que puede hacerse, votar lo viejo que hay en el corazón que solo ocupa espacio para hacerte el caminar pesado, es allí donde hay que hacer la limpieza profunda balanceando con amor.
Reconoce que Dios nos hizo para convivir unos con los otros no para destrozarnos unos a los otros, así que procura la unidad y el bien, pues a todos los necesitamos así como necesitamos a todos, hay tiempo mientras hay vida para regirar hasta el último detalle, todo no es negro, despierta de tus sueños y acepta lo que te llega como regalo divino. Quizás no te llega tanto como anhelabas pero recíbelo con agrado.
Quizás estás mal por esperar de los demás lo que no puede ser sin darte cuenta que otros también han estado esperando de ti, lo que no pudiste dar. Pon antes del toque final todo en equilibrio, alienado, armonizado, y continua hacia un lugar que resultara maravilloso recuerda que tu ser y todo lo que concierne a tu vida está en orden divina, sigue limpiando, despolvando, tirando pero desde el armario de tu interior.
Autora: Lic. Raquel Demorizi
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