
Anteriormente se hablaba del ser humano como alguien que iba a venir al mundo, y éste podía ser hombre o mujer. Nos referíamos a esa persona solo pensando en que lugar nacería, que color de ropa le pondríamos, como alimentarlo, si con leche de vaca, de burra, de soya, con biberón o seno. Luego, a que lugar irían a estudiar, que haríamos en la fiesta de los 15, mas tarde el noviazgo, un matrimonio, esa preciosa juventud, pero... que cosa extraña, nadie se ocupaba en meditar ¿Qué haríamos con la vejez? pués la misma la contemplábamos como la parte mas fea de la existencia, donde se acabaría todo, solo restaba al anciano sentarse en una mecedora sin esperar nada gratificante, o tomar un rosario y pasar el día cuenta que cuenta, a mirar como el día iniciaba y terminaba, pues todo estaba listo, su vida útil ya terminaba.
Hoy podemos observar el interés que hay en el adulto mayor, que promete ser la parte mas profunda de la existencia, pues es el recuento total de una vida de dedicación, calidez y amor por todos, por su familia, hijos, nietos y por la vida misma.
La ancianidad es donde se coloca el sello de la terminación de una vida fina y delicada. El ser humano busca todas las formas de acomodarse en la época de modernismo que vivimos actualmente y deseamos renunciar de forma consciente y otras inconsciente a ver la señal del paso del tiempo en nuestro ser.
La tercera edad
!QUE PRIVILEGIO! Entonces debemos proyectar ese mundo interno pleno de conocimientos que todo envejeciente posee. Tenemos llanuras de tierra fértil y estamos convencidos de que la vida se revela en la mirada de todos esos a quienes tanto hemos amado y en aquellos que seguimos amando. Cuan lindo y satisfactorio es llegar a esta edad y ver que hemos tenido motivos para vivir con una sonrisa a flor de labios, pues Dios nos ha cuidado y nosotros solo hemos notado las grandes cosas y descuidado las que parecen insignificantes pero que son las realmente valiosas.
Que emoción sentir que nuestros amados, pareja y amigos y sobre todo Dios, caminaron a nuestro lado dentro de los senderos de piedra y también dentro de los senderos de grama húmeda que han sido como bálsamo a nuestros pies.
Mira un poco -mi querido envejeciente -cuantas raíces has echado. Ha sido un largo y tortuoso viaje pero has llegado. Mírate reflejado en cada proyecto, en el viaje de la vivencia diaria, en la consolidación de la familia. Todo esto dará su fruto, se hablará de ti poniendo pasión en lo que cuentan.
Si no se oye la voz de un anciano, la vida se debilita traduciéndose en vida estéril y vacía. Quizás piensas que nadie ha reconocido tu trabajo, es posible que algo haya pasado por alto pero ten seguro que siempre se notará, no te sientas solo ni abandonado, todo ser humano íntegro, completo, no olvidará el privilegio de ser anciano, potenciándose desde el amor y con el amor en cada latido del corazón, en cada sensibilidad de nuestro ser. Hemos cumplido nuestra misión y tendrán que respetarnos, admirarnos, todos se regocijarán al decir aún tengo a mis abuelos vivos.
Solo con los que han vivido mucho puede hacerse la historia completa de la humanidad, son la biblioteca viviente. Fuera los patrones arcaicos, que nada nos frene y que nada nos deprima. Sigamos viviendo y construyendo nuestro destino día a día, ya que mientras estemos vivos tendremos un amanecer y un anochecer, sigamos paso a paso, latido a latido, siempre dando gracias a nuestro Creador por brindarnos la oportunidad de partir con una despedida gozosa del que ha hecho una travesía para entregar en su lugar de descanso eterno el fruto de la labor cumplida, terminada, empacada, sellada y etiquetada satisfactoriamente, es hora de aprender a valorarnos como lo que somos, seres humanos que hemos disfrutado de una vida, con sus sinsabores y con sus sabrosuras.
autora Raquel D. M. Demorizi Luna
NOTA: SE PERMITE LA REPRODUCCION PARCIAL O TOTAL , SIEMPRE Y CUANDO SE CITE LA FUENTE Y/O EL NOMBRE DE SU AUTORA
No hay comentarios:
Publicar un comentario