Porque estemos abordando la vejez, no debemos encerrarnos en las rejas que nosotros mismos nos imponemos; una cosa es lo que el mundo opine y otra es la disposición que tengamos de enfrentar lo que ese mundo diga, y la posición debe ser siempre VIVIR, hasta que Dios nuestro Dador de la vida disponga de nosotros. El dice en su Palabra que la vejez es corona, así que vive como un rey, siéntete un rey, disfruta como si fueras un rey, porque eres hijo del Rey del universo.
Puede que te digas a ti mismo ...estoy cansado de pasar tribulaciones... no llevo una vida de placeres ni de comodidades... me siento solo y triste y agregar tantas cosas que no te motiven a continuar viviendo con alegría, pero aún dentro de prisiones hay quienes están gozosos, y nosotros estamos libres, encarcelados por nuestra propia voluntad dentro de las rejas de nuestra cárcel llamada AÑOS.
Ciertamente los barrotes de la edad son fuertes, pero no es menos cierto que todo con Dios podemos vencerlo. Querido viejito, la vejez son tus años cumplidos en los que te encuentras pero tu estado de ánimo no tiene ni debe envejecer, puedes seguir siendo jocoso, jovial, alegre.
No importa que los achaques te limiten físicamente pero solo si tu permites, te limitarán el alma, tu libertad espiritual. Deja que tu corazón sonría, toma un cuaderno y anota ahí las cosas que también te han sacado lágrimas, pero de alegría y veras que siempre cada hora, cada minuto, cada segundo de tu vida, tendrás un excelente motivo para vivir libre, no preso en las barras de los años.
LIC. RAQUEL DEMORIZI L.
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