
Uyuyuy hay edades donde nos sentimos que estamos en un cruce de caminos, que hemos llegado casi al final de la ruta, nos estamos alejando de lo que llaman la flor de la vida y comprobando que hay un lugar donde la vida termina. El tiempo atenaza, la juventud pasa, el poder físico se fue, quedan los nuevos roles que estamos desempeñando, el de abuelos, consejeros, etc., sentir que no tenemos el control absoluto puede conducirnos a crisis. Pensamientos así se abren paso en la década denominada tercera edad. Podemos decir que es una década tope. Muchos la ven más riesgosa que de oportunidades, cambia esa visión hoy. Nada impide que revalúes aquello con lo cual te identificaste toda la vida. S eres capaz de aprovechar al máximo este chance divino, evalúa ¿porque hago o no hago esto? ¿En que creo? ¿Que espero? Si algo en ti no lo haz expresado porque fue tu decisión elimínalo, reconoce tus malos sentimientos tanto como los buenos . No te aterrorices al avanzar por el puente de la ruta del muelle que te lleva al embarque final del viaje. No sientas incertidumbre, puede que ahora descubras que estas solo en el camino, mantente firme y seguro.
No necesitas pedir permiso porque este momento es solo para ti. Hay penas porque agoniza un viejo yo. Atesora todas tus partes incluso las que no quieres, no te interese complacer a nadie sino estar satisfecho contigo mismo. Al principio el primer paso lo darás en la oscuridad pero luego vislumbrarás luz y reunirás fuerzas para avanzar. El aguijón del tiempo duele, y quizás te obligue a detenerte y hacer un examen general no importa cuales sean tus opciones, tienes aun una oportunidad para hacerlo, sin olvidar a tu Creador.
Mira las oportunidades que tu edad ofrece, no veas solo limitaciones. Disfruta la sensación de alivio, te despojaras de gran carga, el final es un descanso grato. Pon a flote tu propio barco. Concéntrate en el progreso, no te sientas inquieto ni deteriorado, agobiado ni desvalorizado. No te autodestruyas pues no podrás cambiar la dirección pero si comprobar que si tu interior esta intachable llegaras a puerto seguro. Al puerto de Dios.
autora raquel demorizi l.
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