La edad concedía derechos especiales, como poner a un anciano a la cabeza de la familia o de la tribu (Jueces 8:14-16). "Ordeno Moisés, con los ancianos de Israel, al pueblo, diciendo: Guardareis todos los mandamientos que yo os prescribo hoy" (Deuteronomio 27:1); ellos eran los encargados de la toma de decisiones importantes que afectaban a una tribu o a la nación completa (Jueces 11: 5-8), (2 de Samuel 5:3); eran considerados y honrados como príncipes (Éxodo 18:12), Dios mismo, inclusive, había reservado un mandamiento exclusivamente para ellos, "Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da" (Deuteronomio 5:16) Tremendo mandamiento! Qué encierra dos promesas de bendición: La primera: La prolongación de tus días, promesa de vida, pero lo mejor es la segunda parte de esta promesa: Para que te vaya bien, para que prosperes en todo lo que emprendas, para que seas bendecido, osea no sólo vivir sino vivir más y en bienestar completo! Qué maravilloso Dios! Este que honra por el sólo hecho de obedecer ¡Porque en obedecer su palabra está la ganancia para nuestras vidas! "Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro" (I de Pedro 1:22) "Pero sus negocios y ganancias serán consagrados a Jehová; no se guardarán ni atesorarán, porque sus ganancias serán para los que estuvieren delante de Jehová, para que coman hasta saciarse, y vistan espléndidamente" (Isaías 23:18).
Asimismo las ancianas eran muy importantes dentro de la organización familiar, ellas eran reconocidas por el pueblo de Israel mucho más que por otras culturas paganas que convivían a su alrededor.
Se le daba una honra especial a la anciana independientemente de su condición jerárquica "Vino Betsabé al rey Salomón para hablarle de Adonías. Y el rey se levantó a recibirla, y se inclinó ante ella, y volvió a sentarse en su trono, e hizo traer una silla para su madre, la cual se sentó a su diestra" (I de Reyes 2:19); "Entonces murió Débora, ama de Rebeca, y fue sepultada al pie de Bet-el, debajo de una encina, la cual fue llamada Alón-bacut (esto es la encina del llanto)" (Génesis 35:8), Betsabé era la reyna madre, y su hijo el rey le honraba personalmente postrándose a sus pies, si el rey la recibía con esos honores debemos presumir que el resto del pueblo le honraba de igual o mayor manera, en oposición Débora era la nodriza de Rebeca, la mujer que le había amamantado durante su infancia, las nodrizas eran muy valoradas por el pueblo de Israel, y muchas veces seguían cumpliendo funciones de cuidado más allá de la infancia de quien amamantaron, en este caso Débora incluso salió con Rebeca de Nacor para que contrajera matrimonio con Isaac (Génesis 24:59) Débora acompañó hasta el final de sus días a Rebeca; por lo tanto fue digna de amor y cuidados totalmente merecidos por parte de la familia, Débora dejó de existir aproximadamente a los 120 años, y me imagino con cuanto amor Isaac, Rebeca y sus hijos deben haber cuidado de esta ancianita en sus últimos años de vida, con cuanta ternura deben haberle alimentado, aseado, agradecidos por todo el amor que Débora entrego durante años supliendo con toda abnegación a la madre de Rebeca y a la propia madre de Isaac, quien había muerto antes del matrimonio de su hijo, causando natural conmoción y pena para él (Génesis 24:67).
Fuente:
http://www.recursosevangelicos.com
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